PRINCIPIOS
Reflexión continua: entendemos la paz como un proceso permanente que nos permite revisar si nuestros comportamientos o actitudes están realmente alineados con nuestros valores.
Relación: nada existe aislado, todo es en relación a otra cosa. La relación es el ámbito donde surgen los conflictos y, a su vez, esto la convierte en el ámbito donde estos pueden resolverse.
Acompañar: abordamos la relación caminamos juntos sin limitarnos y aprendiendo en el camino lo que cada quien puede aportar a la relación. Abrazar al otro en tanto otro implica darle un espacio para ser aún cuando no estamos de acuerdo.
Escucha empática: reconocer nuestros valores y los de otras personas requiere agudizar la capacidad de escuchar, especialmente de aquello que no aceptamos.
Ganar-ganar: el reconocimiento de nuestros valores es el primer paso para encontrar salidas a los conflictos que resulten beneficiosas para todas las partes sin que esto implique necesariamente ceder o sacrificar parte de estos valores. Esto facilita que las personas trabajen en conjunto pues no hay riesgo de perder.
Paz por medios pacíficos: actuar con congruencia es el elemento crucial para sostener la confianza y el compromiso que nos permite transitar los conflictos sin que se generen otros conflictos. Este principio entiende la paz ya no como un ideal, sino como una práctica.
No-violencia: “la violencia genera más violencia” es un saber que nos señala que la violencia solo puede generar dolor y, en cualquier medida, el dolor afectará la relación propiciando la aparición de más violencia como reprenda. De igual manera, la no-violencia genera más no-violencia, por ello, practicar la no-violencia es el método más eficaz para desandar la violencia.
Creatividad: la ausencia de violencia nos permite enfocarnos en los valores que subyacen detrás de todo conflicto. Una vez develados los valores, se nos presenta un desafío creativo para lograr que coincidan en un ganar-ganar.
Inteligencia colectiva: cuidar de las relaciones, escucharnos y acompañarnos, permitiendo que todas las personas participen sin las inhibiciones que provoca la violencia, genera una sinergia virtuosa que nos permite cooperar en confianza, cuidándonos mutuamente y consiguiendo soluciones satisfactorias para nuestros problemas en común. Esta sinergia es lo que conocemos como Paz y su puesta en práctica conforma una CULTURA DE PAZ.